martes, 30 de junio de 2009

¿Qué nos pasó? (o: Adoctriname, adoctrinate)


¿Qué nos pasó?
¿Qué ha pasado?
¿Qué traidor nos ha robado
la ilusión del corazón?

No es fácil comenzar un post a tan poco tiempo de la sorpresa, pero la tristeza no construye. Lo que hacen falta en este momento son ideas, creatividad, una guía de pensamiento superador, que debe aparecer del conjunto, sin prejuicios pero con análisis crítico.

No es el apocalipsis como querrán hacernos creer y como se desprende de la información dada por la Presidenta con esa actitud digna (tal vez la mejor de todas las que ví) en la conferencia de prensa. Tuvo autoridad, tuvo información y manifestó, como otras veces, la solidez argumental e intelectual que la separa de la caterva de pseudo-periodistas que siempre quedan debiéndonos la profundidad de sus preguntas, guiados sólo por la filosofía de puterío de los patrones que los mandan.

Pero más allá de eso, queda el gran interrogante a aclarar: ¿Cuáles son las razones para que un grupo de tipos con plata, semifarandulescos, ganen en la provincia de Buenos Aires teniendo como herramientas de construcción el apoyo de los medios, dos o tres frases huecas y su sonrisa de bakelita?

Podemos decir que el apoyo de los medios no es poca cosa, que el conflicto por la 125, que las traiciones de Cobos o Solá, o las claudicaciones miserables de algunos gobernadores cagones ante los patrones del campo. En definitiva, todos mezquinos intereses particulares que siempre existieron y seguirán existiendo, sobre todo cuando como con este modelo se va más claramente contra ellos (y véase que no digo radicalmente contra ellos).

¿Cómo se combaten esos intereses mezquinos, exacerbados desde hace casi 25 años y en los cuales fuimos especialmente educados a partir de la década de los 90? Veamos un poco algunas de las cosas que pasaron en esa década:

Se privatizaron fraudulentamente empresas estratégicas, relacionadas fundamentalmente con los recursos naturales y los servicios que debía prestar el Estado.

Como consecuencia de eso se incrementa el desempleo y se les quita poder a los sindicatos, "columna vertebral del movimiento peronista" (no lo digo yo).

Ese desempleo produce una verdadera masacre social con muchas muertes prematuras, de algunas de las cuales fui testigo, que nunca van a tener responsables. Porque la eficiencia de las privadas supuestamente exigía mano de obra calificada para la que nadie preparó a los nuevos desclasados, que pasaron a ser un "daño colateral". Era la época de que "el que no trabaja es por vago o porque no se capacitó", la época del sálvese quien pueda.

Así se perdieron la sensibilidad social, la solidaridad con el más necesitado, el interés por los valores colectivos, reemplazándola por la cultura de ascender a cualquier costo en la escala social, si entendemos por eso viajar al exterior, tener una casa en Miami, el último modelo de auto, o celular, o cualquier otro espejito de colores.

¿Dónde quedó la última reserva de esos valores perdidos? Como siempre, en las almas más desposeídas, porque sea por resignación o por virtud, aprenden a alimentarse de eso. Por eso no asombra que sean los primeros en compartir en tiempos de desgracias nacionales como inundaciones o terremotos.

¿Y cómo se vuelve a eso? ¿Cómo se le inyecta combustible para que encienda a toda una nación?

Mi convencimiento es que no es un trabajo de corto plazo, por lo cual se necesitan mentes que no proyecten sólo para el lapso de su corta e interesada vida personal o corporativa. Eso de fondo.

Para el mediano plazo, hay que volver a las fuentes, sí, en medio de este bombardeo ideológico que nos quiere convencer de que no existen más los partidos políticos, ni la doctrina, ni la militancia en cualquier puesto, y que lo único que vale es la imagen, las no-ideas y el anti-todo.

Hay que construír desde abajo, adoctrinando, haciendo pronto algo significativo para los que menos tienen en salud pública, vivienda, educación. En todo el país, que no es sólo la CABA.

Habría que desandar la política de los 90. Desarrollar en forma urgente la industria nacional, crear empleo en blanco, fortalecer a los sindicatos, a las pymes. Y controlar el cumplimiento de los planes con todo rigor, escrachando a los que se afanen la guita, que es lo que hoy hacen la mayoría. Un ejemplo: si se hacen casas para los pobres, no digo clase media, digo pobres, que no sean esas cajas de zapatos que son los "complejos habitacionales" de hoy. Y todo así.

¿Cómo puede ser que Muhammad Yunus, con el Banco Grameen (irónicamente Banco Rural), haya sido capaz de desarrollar un plan para dar micropréstamos a gente que se encuentra en el umbral de la pobreza para desarrollar una actividad independiente y creativa, teniendo sólo el 1% de morosidad y acá no seamos capaces de hacer algo similar? No sé, improvisar para asistir en forma urgente a los más pobres.

En fin, el tema da para largo y la intención es sólo tirar la idea. Pero básicamente, refundar el trabajo de las unidades básicas, acercarse a la militancia de base, adoctrinarlos, instruírlos, hacerlos participar para que no sean cautivos de un intendente o gobernador inescrupulosos.

Creo que es la manera de que la construcción sea más sólida y de que el modelo sea autoinmune. En una palabra: volver a las fuentes, actualizando la doctrina. Lo demás, insisto, son versos.

1 Interpretaciones:

Surito dijo...

Julio: no sé qué pasó con tu comentario, pero lo leí y es como vos decís, ahora la realidad se consume a través de los medios, ya interpretada por ellos, con opinión y todo. Además los debates no son tales como habrás visto.
Un saludo y gracias por pasar.