jueves, 4 de junio de 2009

Atrapapanatas PRO (o: Neoliberalismo Nac&pop)

Es realmente increíble que con unos recursos tan simples y superficiales el PRO logre tantos adeptos en la CABA.

Su campaña se basa en dos aspectos: la imagen y la mimetización, o sea el ocultamiento de sus ideas neoliberales bajo una piel discursiva de progresismo casi nacional y popular, todo en el ámbito nacional cuya frontera coincide con los límites de la Capital Federal.

Desde el punto de vista de la imagen, se ve que su actitud debe consistir en sonreír siempre y nunca expresar mal humor, con la pretensión de demostrar con ello una actitud amplia, abierta, a pesar de asemejarse más a la conducta antinatural de un autómata programado.

Desde el punto de vista de los proyectos a llevar a cabo, su propuesta es la siguiente:

Solucionar el tema de la inseguridad. Sí, así de sencillito. ¿Qué pergaminos muestran al respecto? Lo que no pudieron hacer en la CABA porque el gobierno no les quiso ceder la Policía Federal con sus recursos, aparentemente la llave para la solución. Según ellos era sólo cuestión de reunir al Congreso y con quorum propio aprobar el traspaso, pasando por encima el acuerdo con las provincias. Ésa es su idea del consenso cuando sus intereses están en juego.

¿Otros proyectos? Ninguno expresado, salvo los copetes-idea de mejorar la educación y salud públicas, etc. ¿Qué pergaminos muestran al respecto? Lo que no pudieron hacer en la CABA porque el gobierno no les autorizó un pedido de crédito externo por 1.500 millones de pesos. Este monto fue el chivo expiatorio no sólo para lo dicho antes, sino también para la obra pública estructural en la ciudad. Lo que sí han podido hacer es dejar caer los salarios de los maestros y las obras de infraestructura en las escuelas, mejorar la logística de los colegios privados y desabastecer en personal, medicamentos y otros recursos a la salud pública.

El otro día en el programa "Argentina para armar" de Laura Santillán, "debatieron" Gabriela Michetti, Alfonso Prat Gay, Carlos Heller y Pino Solanas. La candidata por Unión-PRO, con un nivel argumental que no soportaría siquiera una polémica de bajo nivel, coincidió con todos en cuanto a propuestas. Tanto se mimetizó, que la conductora sobre el final quiso imponer la opinión de que había un consenso general, ante lo cual Solanas dijo que no era así, que esa era la impresión que quedaba al tratar temas complejos, muy importantes, sin poder profundizarlos en el escaso tiempo que permite la televisión.

Lo que no dijo Solanas es que ése es precisamente el interés del medio: que el análisis de las ideas de cada uno sobre los temas importantes sean eludidas y que sólo queden las frases vacías que se mostraron como "conclusiones" al final del programa.

Y con eso les va a alcanzar para mantener su supremacía. ¿Hasta cuándo?

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