sábado, 19 de septiembre de 2009

Cuando Alea Jacta no Est (o: Relatos patagónicos y andaluces)

Tomé aire sonoramente, me golpeé el pecho, pateé la puerta del consultorio y entré. Dentro me esperaba el médico al cual había sido derivado para ser operado, así que le dije resueltamente, sin pelos en la lengua, de hombre a hombre:

¿Doctor, existiría la posibilidad, de no acentuarse los síntomas actualmente leves, de operarme durante las vacaciones con un buen seguimiento hasta entonces?

La excusa formal es mi actividad actual, pero la verdadera es reafirmar una vez más el antiguo refrán popular patagónico de que en estos pagos el mejor médico sigue siendo Aerolíneas, de nuevo gracias sabemos a quién, Argentinas.

El hombre, seguramente impresionado por mi valor, después de tratar de hacerme recapacitar aceptó diciendo que era mi (i)responsabilidad y todos contentos.

Gracias a todos los amigos que me alentaron, y tambien a los que visitaron estas páginas durante mi ausencia.

Es una de las muchas cosas que los boludos que tenemos un blog compartimos de una u otra manera.

2 Interpretaciones:

Ester Lina dijo...

y no se operó nomás!!! (para mí que es cagazo...)
Lo saludo!!!

Surito dijo...

MONA: postergación solamente. Y sí, por el cagazo, pero sobre todo a la calidad de los médicos y/anestesiólogos autóctonos.
Un saludo y gracias, como siempre.
Se extrañan los amigos que comentan, cuando son pocos como en estas páginas.