Lo tenía por un cura bobo, ingenuo, como consecuencia de las imitaciones que alguna vez había visto de él, con esa pinta de manso y su hablar bajito, dulzón, empalagoso... hasta que leí su biografía en algún lugar, por ejemplo acá.
Y entonces uno se da cuenta que el bobo es uno, que se queda con la superficialidad de las cosas salvo que siempre se tenga la actitud de ir más allá de lo primero que ve o escucha, como debería hacer siempre.
Porque no responde a esa imagen un cura que por ejemplo en 1967 adhirió con su firma al Manifiesto de los Obispos del Tercer Mundo, acto fundacional del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, o que durante la última dictadura militar, en una clara diferenciación de la mayoría de la jerarquía eclesial, complaciente frente al régimen de facto, lo encontrara militando en la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, denunciando la tortura y asesinato de miles de ciudadanos, o que al comienzo de los 90 denunciara los costos sociales del ajuste neoliberal.
Y así fue como alguna que otra vez me he quedado viendo su programa El Kairós del Padre Farinello, que se emite por canal 7 entre las 5:50 y 6:00 hs.(¡!) y me di cuenta bajo esa forma de decir melosa que su discurso no es neutro. Como él declara, "no hablo de cosas extrañas o estrambóticas. Hablo de cosas simples porque soy el hijo de un verdulero." (...) "...y no le escapo a temas ríspidos como la política, América Latina o George Bush."
Alguna vez tuvo la ilusión de reformar la política desde adentro y formó el Polo Social, pero volvió a sus fuentes y su vida parroquial, después de haber obtenido más de 600.000 votos en la provincia de Buenos Aires, hastiado y decepcionado por la actitud de sus compañeros de ruta "que fueron diputados por mí, gracias a mi figura, y nunca más me llamaron por teléfono. Ni siquiera mandaron un paquete de fideos para los pibes."
Tal vez, digo yo, porque el tema no está en formar un partido político con perfil eclesial, sino en incorporar a los dirigentes políticos, más avezados en las "roscas" necesarias en ese ámbito, los valores de sensibilidad social que predican curas como éste.
En fin, el objeto de este post es mostrar que nunca debemos dejar de lado los antecedentes de una persona para darle su justa dimensión, saber ver por debajo de la hojarasca, más allá de la imagen actual que nos brinden los medios. Ésa es la importancia de la memoria.
Y entonces uno se da cuenta que el bobo es uno, que se queda con la superficialidad de las cosas salvo que siempre se tenga la actitud de ir más allá de lo primero que ve o escucha, como debería hacer siempre.
Porque no responde a esa imagen un cura que por ejemplo en 1967 adhirió con su firma al Manifiesto de los Obispos del Tercer Mundo, acto fundacional del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, o que durante la última dictadura militar, en una clara diferenciación de la mayoría de la jerarquía eclesial, complaciente frente al régimen de facto, lo encontrara militando en la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, denunciando la tortura y asesinato de miles de ciudadanos, o que al comienzo de los 90 denunciara los costos sociales del ajuste neoliberal.
Y así fue como alguna que otra vez me he quedado viendo su programa El Kairós del Padre Farinello, que se emite por canal 7 entre las 5:50 y 6:00 hs.(¡!) y me di cuenta bajo esa forma de decir melosa que su discurso no es neutro. Como él declara, "no hablo de cosas extrañas o estrambóticas. Hablo de cosas simples porque soy el hijo de un verdulero." (...) "...y no le escapo a temas ríspidos como la política, América Latina o George Bush."
Alguna vez tuvo la ilusión de reformar la política desde adentro y formó el Polo Social, pero volvió a sus fuentes y su vida parroquial, después de haber obtenido más de 600.000 votos en la provincia de Buenos Aires, hastiado y decepcionado por la actitud de sus compañeros de ruta "que fueron diputados por mí, gracias a mi figura, y nunca más me llamaron por teléfono. Ni siquiera mandaron un paquete de fideos para los pibes."
Tal vez, digo yo, porque el tema no está en formar un partido político con perfil eclesial, sino en incorporar a los dirigentes políticos, más avezados en las "roscas" necesarias en ese ámbito, los valores de sensibilidad social que predican curas como éste.
En fin, el objeto de este post es mostrar que nunca debemos dejar de lado los antecedentes de una persona para darle su justa dimensión, saber ver por debajo de la hojarasca, más allá de la imagen actual que nos brinden los medios. Ésa es la importancia de la memoria.
2 Interpretaciones:
sí, claro que el Padre Farinello es un luchador de aquellos necesarios. Lástima que su programa no vaya en horario más central...¡en la TV del Estado!
el ojo con dientes: ¡aunque más no fuera a medianoche! ¡Son menos de 10 minutos!
Saludos y gracias por pasar.
Publicar un comentario