La
estadística es una ciencia con base matemática referente a la recolección, análisis e interpretación de datos, que busca patrones de comportamiento en fenómenos de tipo aleatorio, para acotar el grado de incertidumbre en la toma de decisiones.
Así y todo, como se ha podido apreciar en las últimas elecciones, los resultados de acuerdo a las fuentes suelen tener por diversos motivos grandes diferencias.
Pero el objeto del post no es analizar los postulados de esta ciencia sino mostrar cómo, en este país generoso de opiniones y fértil para absorber las mismas sin filtro de ningún tipo, dejamos engendrar dentro nuestro, cual Alien, al facho mediopelero que todos llevamos adentro.
Así nos volvemos de repente todos técnicos de fútbol, eruditos en seguridad vial, expertos en pandemias, especialistas en política exterior, idóneos en economía, catedráticos en seguridad, etc., etc., etc., con el único requisito de repetir la "información" mediática, abundante a mares donde pululan muchos tiburones.
Y así nos encontramos con el obispo de San Isidro con rango salarial de Ministro de Estado, monseñor Jorge Casaretto, cuyas
declaraciones a Radio Continental recoge "La Nación" "en medio de la polémica por la fidelidad de los índices que ofrece el Indec" dice el diario como para situarlo en contexto.
Nos ilustra el prelado que sobre la base de conclusiones del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina "que sigue muy de cerca esta temática", la iglesia estima que el nivel de pobreza está en ascenso. Esto implica una decisión de la iglesia, que toma como herramienta las estadísticas de dicha institución, cuya base técnica se nos resume
acá:
466 casos en grandes centros urbanos con teléfono fijo. La encuesta es
multipropósito, o sea no específica del tema, lo que da una idea de su profundidad.
Conclusiones: Tener en cuenta que son personas de grandes centros urbanos con teléfono fijo en todos los casos.
1. 2008: 36%
de la población dice Don Verídico en un ataque de globalización, debió comprar menos comida o de menor calidad
al menos una vez (¡!), por temas económicos, sin aclarar si los datos incluyen el período de desabastecimiento al que nos sometió la Patria Sojera, en cuyo caso se quedan cortos.
2009: 55%.
2. 18%
de la población dejó de ir
al menos una vez al médico o al dentista por problemas económicos. Deducimos que tienen obra social, porque el hospital público es gratis. ¡Macho, tenés teléfono y no podés pagar
una consulta por obra social!
2009: 39%.
Y así sigue con otros temas, con el mismo rigor científico, dando "información de toda la población".
Como Casaretto evidentemente percibe la fragilidad de los datos, la respalda con un argumento definitivo, incontrarrestable, fuera de toda duda: la
sensación clerical de pobreza, nuevo índice tomado a partir de Caritas parroquiales, que le dicen que la gente vuelve más que antes a pedir alimentos, lo cual les indica que está aumentando la pobreza a un 30 y pico % (no sabemos la longitud del pico), que el diario acerca al 40%.
De todas maneras, esperamos ansiosos las próximas percepciones para saber cuántos casos hubo de gripe porcina, o de víctimas de la inseguridad, o de partidarios y contras de la 125 en la feligresía, así nos enteramos de una vez por todas cómo está el país.
Digo yo, ¿cuál será la desviación estándar y el porcentaje de error de una percepción de esta jerarquía?
Como nos guardamos muy bien de inmiscuírnos en los caminos inescrutables de las gracias espirituales, creemos a pies juntillas que esos valores serán de cero en cada caso, o sea 100% de seguridad.
Amén.
Y leemos en el hogar del columnista estrella tucumano de ayer:
¿Cómo se entiende? ¿Fue 2,5 veces más o fue igual?
